Regreso

Cédric Herrou, Emaús Roya

Cédric Herrou, Emaús Roya

Mi puerta se abrió cuando hubo que abrirla. En 2016, el valle de Roya ya no era Francia. La región de la Roya se ha convertido en el valle de la indecencia, de la inmoralidad. Desde París, hombres oscuros decidieron que mi mundo, mi valle, mi casa, ya solo sería un pedazo vulgar de tierra, sin derechos ni deberes. La sinrazón personificada, sin ética ni moral, donde ya no se consideraría a los hombres, a las mujeres y a los niños como nuestros semejantes, homo sapiens, sino como objetos que se pueden desplazar, amontonar, maltratar… desechos no reciclables de un mundo inhóspito. Una lucha contra un flujo, una lucha contra el artículo 13. 

Sí, abrí mi puerta porque estaba indignado, furioso contra lo inmoral. 

La indignación silenciosa me hubiera llevado a la indiferencia. Porque acostumbrarse pasa por callarse. Para que mi voz se escuchara, grité con más gente. Busqué a quienes se me parecían, a quienes estaban indignados por la violencia de una política de precarización. Encontré a quienes ya conocía, sin conocerlos realmente. A los hombres y a las mujeres que dan vida a este movimiento revolucionario Emaús, precursor y modelo de lucha por la dignidad humana desde hace más de 70 años. ¡Viva!