En el Estado de Tamil Nadu (India), Emaús Kudumbam ha ayudado a los campesinos y las campesinas sin tierras a salir de la pobreza extrema. Para ello, el grupo ha empleado prácticas respetuosas con el medio ambiente y ha contribuido a introducir nuevas normas en la materia, en un sector agrícola dañado por los insumos químicos. Al mismo tiempo, ha formado a centenares de campesinos en técnicas agrícolas alternativas. 

Durante muchos años, la India ha sido un laboratorio mundial de las prácticas agrícolas más nocivas. En los años 80 empezaron a sentirse las repercusiones de la llamada revolución «verde», dependiente, en realidad, de los productos agroquímicos, cuya utilización masiva aumentaba a veces la resistencia a los pesticidas de especies que atacan los cultivos. El rendimiento disminuyó y la tierra perdió su fertilidad. En Tamil Nadu, Kudumbam decidió iniciar un amplio proceso participativo con las comunidades, incluyendo a personas en situación de pobreza extrema. Conjuntamente, recopilaron saberes y técnicas agrícolas tradicionales que respetan el medio ambiente. Después, aplicaron dichas técnicas en parcelas, con el fin de calificarlas, evaluar sus beneficios para el suelo y los ecosistemas, y difundirlas ampliamente, en especial en granjas escuela. Las parcelas regeneradas deberían permitir realizar cultivos más significativos. De esta manera, Kudumbam ha capitalizado numerosas prácticas alternativas de sustitución de los insumos químicos (fertilizantes y pesticidas) para administrar mejor el volumen de agua y restaurar la fertilidad de los suelos. Hoy día, siete pueblos de la región han abandonado por completo el uso de productos agroquímicos y avanzan hacia la agroecología, demostrando así que las alternativas apoyadas por Kudumbam constituyen soluciones sostenibles y replicables.   

Igualmente, el grupo ha integrado redes activistas que actúan en la región de Asia y el Pacífico, entre otras. A través de campañas y formaciones, pretenden transformar las prácticas agrícolas de las comunidades en materias como la conservación de las semillas de los agricultores, el rechazo de los OMG, la sensibilización sobre los peligros que representan los pesticidas para los ecosistemas y la salud, el fomento de las innovaciones locales para la soberanía alimentaria, etc. Muchas personas apoyadas por Kudumbam se encontraban en situaciones tan complicadas que habían tenido que resignarse a trabajar para grandes multinacionales. A este respecto, la asociación también está en primera línea: la lucha contra el algodón transgénico Bt de Monsanto, introducido en la India en 2002, es una de las grandes batallas a las que se ha unido Kudumbam. A nivel mundial y local, el grupo ha demostrado que los rendimientos prometidos estaban lejos de cumplirse. Todo esto no ha logrado detener la invasión del algodón Bt, pero Kudumbam obtuvo una victoria en 2010 en el caso de la berenjena Brinjal Bt: el gobierno acabó renunciando a introducir esta variedad modificada genéticamente, muy criticada por los agricultores.