La Organización por la Ciudadanía Universal (OCU) fue fundada en 2013 por Emaús Internacional, la fundación France libertés-Danielle Mitterrand y el movimiento Utopia. Su objetivo es promover la libertad de circulación y de residencia de las personas. Constatamos que la mayoría de las políticas nacionales y regionales rechazan la acogida de las personas exiliadas, manteniéndolas en un estado grave de precariedad y vulnerabilidad, lo cual incumple a menudo los tratados internacionales ratificados por los gobiernos en materia de respeto de los derechos humanos. Por lo tanto, la OCU pretende ejercer presión a nivel mundial y de manera multilateral, para que los Estados tengan en cuenta la opinión, la experiencia y las reivindicaciones de las personas directamente afectadas, ya sean personas exiliadas u organizaciones de la sociedad civil que las acompañan. 

La estrategia de la OCU es, ante todo, reconstruir un discurso positivo sobre la migración y liberar la imagen de las personas exiliadas del violento estigma que padecen. Queremos demostrar que, acogiendo a estas personas dignamente, se convierten en fuente de riqueza y de dinamismo en los territorios de acogida, mientras que las políticas represivas y de rechazo solo generan caos y pobreza. 

Igual que hacemos en nuestras comunidades Emaús con quienes llaman a nuestra puerta, la OCU defiende la necesidad de acoger y hacer partícipes a las personas exiliadas para que encuentren su lugar en nuestras sociedades y tengan derecho de ciudadanía en los territorios a los que llegan, para permitir su desarrollo. Este enfoque radicalmente distinto pretende inspirar otras políticas públicas a nivel local, nacional e internacional.  

A finales de 2019, la OCU y la Asociación Nacional de Ciudades y Territorios Acogedores (Anvita) se asociaron para crear la Alianza sobre las Migraciones, una colaboración entre organizaciones de la sociedad civil y autoridades locales del mundo entero que han decidido construir juntas políticas locales de buena acogida de las personas exiliadas. Basándose en prácticas inspiradoras de distintos tipos (creación de consejos de residentes extranjeros, entrega de una tarjeta de residencia independientemente de la condición jurídica, acceso de las personas exiliadas a proyectos financiados por el presupuesto participativo de una ciudad, etc.), la Alianza ha definido una base común, que actualmente aplica y promueve. Al mismo tiempo, pretende confrontar con sentido común las deficiencias de los Estados y participar en un movimiento de «rehumanización» de las políticas migratorias.